Aprender haciendo (Learning by doing) implica aprender de manera natural (Schank, 2013). Un ejemplo clásico sería aprender a manejar bicicleta, lo cual obliga a hacer uso de la misma y "vivenciar" las experiencias positivas y negativas que harán posible lograr esa habilidad. Además, requiere del estudiante un genuino deseo de alcanzar el logro, así como desarrollar la actitud necesaria que lo lleve a “desear aprender”.
Se
puede decir que Jhon Dewey ya hacía una aproximación al término al afirmar que “la
educación no es preparación para la vida, sino es vida”. Una vida escolar que
mejorará la vida extra-aula. Él pensaba que se educa para formar ciudadanos
dentro de la democracia, ya la escuela es un laboratorio que puede reflejar la
vida, los conflictos, cuya solución debe ajustarse a los valores democráticos
de justicia, equidad, de ciudadanos, tal como se quisiera que el mundo fuera.
De ahí la importancia del ambiente escolar en tanto laboratorio que promueve
esos valores en los actores del experimento: los estudiantes y los profesores. Para
Dewey, por ejemplo, lo sustancial no es aprender
a leer, sino comprender que leer es
importante, dentro de un currículo abierto, con aprendizajes continuos.
De manera que,
es menester que la instrucción no sea prescriptiva, que el docente evite promover
la memorización y sea capaz de crear las condiciones adecuadas para que el
alumno pueda apreciar una
realidad, un fenómeno; que se haga preguntas, incluso que se aproxime a la
elaboración de hipótesis. Los experimentos, obviamente, sirven a este propósito,
ya que despiertan el interés y generan experiencias significativas, lo cual es
el fin último del “aprender haciendo”.
Este
proceso transcurre como un ciclo de aprendizaje activo, que incrementa su valor
cuando se traslada al ámbito de una sociedad en la que sus miembros construyen
juntos, colaboran, respetan las ideas del otro, pero por sobre todo, comparten
los hallazgos, reflexionan, dialogan en función de llegar a consensos que
puedan ser discutidos con el profesor y entre pares, de manera que sea posible
su incorporación al acervo cultural del grupo y al conjunto de conocimientos
que pueden ser recuperados para el empleo en la solución de problemas diversos
(la transferencia).
Roger
Schank introduce el concepto de “educación bajo demanda”, el cual bien podría
reflejar la instrumentación del aprender haciendo:
Sin
lecturas. Sin exámenes. Solamente habilidades del mundo real. Cursos
cortos online que enseñen habilidades del mundo real en un entorno
basado en aprender haciendo. A los estudiantes se les plantea desafíos,
situaciones del mundo real que resuelven en pequeños grupos y que tienen como
producto los mismos entregables que producirían si fuesen profesionales en
activo en un empleo.
Finalmente,
Schank señala el papel que ocupan la tecnología y las redes: básicamente,
deben estar relacionadas con la oportunidad de aprender cosas que no se pueden
aprender de otra manera. Los simuladores y los modelos virtuales son ejemplos
de herramientas que pueden ayudar al alumno en su aprendizaje, así como el
acceso a expertos sobre cada tema para la resolución de dudas. Esta es el
aporte sustancial de Internet para la educación.
Avance para el curso de Experto en Educación Virtual de la Organización FATLA
Fuentes
consultadas:
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