Como parte de los contenidos del curso Comprensión y Producción de textos del Postgrado IUPMA, se proponen tres lecturas de reconocidos profesionales académicos, con el fin de promover en los estudiantes la toma de conciencia y búsqueda de soluciones a este fenómeno, cuya incidencia parece ir en aumento. Hay coincidencia en cuanto a la necesidad de abordar el problema desde las bases; es decir, con los alumnos de escuela primaria.
Entre las propuestas se consideró enseñar a los niños a citar correctamente las fuentes consultadas, y que la evaluación haga énfasis, no tanto en la presentación de un escrito impreso, sino en las discusiones que puedan tener lugar en clase, como producto de la revisión bibliográfica.
Al final del post se irán agregando las propuestas de las sucesivas cohortes.
Al final del post se irán agregando las propuestas de las sucesivas cohortes.
Ética y plagio
en la comunicación científica
Sureda-Negre, Jaume
(Universidad
de las Islas Baleares, España)
Dr. Karl O.
Jones (Liverpool John Moores University, Reino Unido)
Dr. Rubén
Comas-Forgas (Universidad de las Islas Baleares, España)
Tanto la comunicación
científica como la académica deberían regirse, entre otros, por los principios
de honestidad, integridad, probidad y veracidad. Engañar, falsificar,
defraudar, mentir, adulterar, ocultar, confundir, etc. son prácticas
incompatibles con la transmisión de conocimiento científico y con la actividad
académica. La realidad, sin embargo, es otra: son abundantes las evidencias que
muestran que los usos deshonestos y fraudulentos están bien presentes en ambos
procesos.
El desarrollo, penetración y
extensión de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) han
provocado importantes transformaciones en la forma de transmisión y adquisición
del conocimiento. … estos cambios, conjugados con otros factores, pueden
favorecer e impulsar las prácticas deshonestas. En el ámbito educativo, numerosos
expertos apuntan a que se ha producido un aumento en la prevalencia de
conductas deshonestas por parte del alumnado y la comisión de plagio académico,
en los procesos de enseñanza-aprendizaje.
Prácticas más comunes de plagio
llevadas a cabo por estudiantes de bachillerato (Sureda y otros, 2010).
Acción 1: Entregar un trabajo
realizado por otro estudiante que ya había sido entregado en cursos anteriores
(para la misma asignatura o para otra).
Acción 2: Copiar de páginas web
fragmentos de textos (sin citar), pegarlos directamente en un documento (en el
cual hay una parte de texto escrita por el alumno) y entregarlo como trabajo de
una asignatura.
Acción 3: Descargar un trabajo
completo de Internet y entregarlo, sin modificar, como trabajo propio de una
asignatura.
Acción 4: Copiar fragmentos de
fuentes impresas (libros, enciclopedias, periódicos, artículos de revista,
etc.) y añadirlos –sin citar– como partes de un trabajo propio de una
asignatura.
Acción 5: Hacer íntegramente un
trabajo a partir de fragmentos copiados literalmente de páginas web (sin que
ninguna parte del trabajo haya sido escrita por el alumno).
Acción 6: Copiar partes de
trabajos entregados durante cursos anteriores y usarlos como apartados de un
trabajo nuevo.
Este fenómeno, ampliamente
extendido entre los estudiantes de bachillerato (estudios secundarios),
presenta niveles prácticamente idénticos en los universitarios.
UPEL- IPC
El Diccionario de la Real
Academia Española (2006) define el plagio, en una de sus acepciones, como la
acción de plagiar, y plagiar como: copiar en lo sustancial obras ajenas,
dándolas como propias.
El plagio debe ser visto como
un crimen capital de la comunidad académica, ya que frena el desarrollo y
la transmisión del conocimiento, que constituye una de las razones de ser de la
academia.
¿Qué se entiende por plagio académico?
Huerta (2006) define el plagio
académico como la acción de hacer pasar como propios, ideas o textos que
pensaron otros y que nos fueron transmitidos por ellos, bien por escrito,
oralmente o con algún otro mecanismo de comunicación.
Plantea el autor que el plagio se
consuma en dos circunstancias:
1. Cuando se usan
ideas textuales de otro sin respetar las comillas indicativas de
literalidad.
2. Cuando no se presentan
al lector los indicios necesarios para identificar de qué autor, libro o
documento o circunstancia fue tomada la idea ajena.
A este grupo de circunstancias
sumo otras que, a mi modo de ver, también dan cuenta de ilicitud de una
actividad:
1. Comprar los servicios profesionales de otros para la elaboración de un escrito (artículo,
ensayo, ejercicio, trabajo especial de grado, tesis) que luego aparecerá ante
la comunidad académica como de elaboración intelectual propia.
2. Cobrar al futuro autor por guiarlo en el proceso de construcción de un
escrito (trabajo especial de grado, tesis); ello cuando quien cobra es un
docente universitario y quien paga es un homólogo de su misma universidad. En
esencia, la labor de tutoría está dentro de las funciones que un profesor
universitario debe proporcionar a la académica como contraprestación de
servicios y por compromiso con la propia academia de donde procede y quien le
formó.
La Revista de Información
Tecnológica (2008), informa de otra forma de actividad igualmente antiética: el
auto plagio. Ello ocurre cuando los
autores hacen duplicidad de sus publicaciones, lo cual se hace con fines de
acrecentar el expediente de vida del investigador y mostrarse ante la comunidad
con una fecunda actividad intelectual.
El plagio no es una situación
nueva en las universidades, se tienen reportes de ello desde la década de los
sesenta del siglo pasado.
Etapas
en la evolución de la actividad de plagio académico
Coumes y Sureda (2008) reportan
tres etapas en la evolución de las prácticas de comprar, vender e intercambiar
trabajos académicos: una artesanal anterior al auge de Internet; una segunda
favorecida por la aparición de la World Wide Web (WWW) y un tercer momento
denominado “a la carta”, en el que, a través de Internet, se compran y venden
trabajos académicos, elaborados a las necesidades del usuario. A esta etapa se
deben agregar también aquellos que se ofertan fuera de la red a través de
“empresas” constituidas para atender este tipo de demandas.
En la época actual el uso de
Internet, el acceso a contenidos digitales y a los albergados en la red, han
provocado un auge en las prácticas de plagio entre el alumnado universitario y
personal del entorno académico.
Clasificación
del plagio académico
Se reporta una clasificación tal
vez simplista, pero esperanzadora, acerca del plagio: plagio intencional y no
intencional (Coumes y Sureda, 2007).
En el caso de plagios no
intencionales o accidentales, el autor hace uso de parafraseados de manera inadecuada o realiza de manera incorrecta
la citación de los recursos y
bibliografía utilizados. En tales circunstancias la situación puede superarse
con tan sólo hacer los señalamientos a los autores acerca de cómo hacer de
manera correcta los reportes de las referencias en el texto.
Los plagios intencionales se
presentan cuando: se compra o descarga un trabajo, y se presenta la obra
como propia; igualmente se incurre en plagio intencional cuando se copia un
texto completo o partes de distintos textos dentro de un escrito y no se señala
la fuente original o se presentan como propias dichas palabras o reflexiones;
asimismo cuando se hacen traducciones de trabajos completos o partes del mismo
sin indicarlo.
La
situación en la Universidad Pedagógica Experimental Libertador
En la UPEL se han recogido quejas
de autores que dicen haber sido plagiados; se han escuchado denuncias a través
de correos electrónicos anónimos; se tienen noticias de la práctica de dicha
actividad por parte de estudiantes de postgrado quienes para la elaboración de
sus trabajos de grado, utilizan la modalidad “a la carta”. Sin embargo, no se
han hecho denuncias formales ante las instancias académicas, administrativas y
judiciales para enfrentar ésta actividad ilícita y deshonesta que atenta contra
la producción intelectual.
¿Qué se puede hacer para
enfrentar la situación?
La práctica del plagio académico
tiene que ser combatida desde todas las instancias implicadas de manera directa
e indirecta; sin embargo la mejor forma de hacerlo es fortaleciendo los valores
en cada uno de los actores sociales protagonistas del entorno universitario:
estudiantes, profesores quienes actúan como autores, jurados y árbitros en el
transcurso de su actividad académica.
Algunas de las acciones que se
pudieran realizar son:
1. Conocer
los valores y principios éticos que rigen a la universidad, incorporarlos al
conjunto de valores personales y actuar en sintonía con ellos.
2. Promover
la reflexión acerca de los valores personales y de la ética respecto a los
productos intelectuales que se generan en el quehacer universitario.
3. Establecer
diálogos permanentes a fin de distinguir entre lo que es una producción
académica propia y otra ajena; revisar las consecuencias, trascendencias e
implicaciones del plagio tanto para vida como estudiante y como profesional.
4. Promover
talleres acerca de cómo escribir y cómo citar referencias en trabajos
académicos.
En adhesión a lo anterior, Coumes y Sureda
(2007) plantean que, en lo que respecta a la prevención del plagio, pueden
realizarse varias acciones:
1. Una regulación punitiva: aplicar las
normativas vigentes tanto en los reglamentos de estudio como en los comités de
arbitraje de revistas.
2. Anulación del trabajo
presentado.
3. Reescritura del
mismo, demostración por parte del autor que en efecto lo escribió.
4. Retardo en el grado
académico o, como último recurso, la supresión de una titulación o la expulsión
de la institución universitaria.
Texto completo de Mirentxu
La ética como
orientadora de la holopraxis (extracto)
Namakforoosh
(1995) define la ética como la ciencia normativa de la actividad humana en
orden al bien. Así, la suma de principios, de necesidades, de inquietudes, de exigencias y de posibilidades, puede ser
un buen recurso para que, cada investigador, precise un código de ética propio
que inste a efectuar un manejo responsable, seguro y confidencial de la
información.
Los aspectos éticos de una
investigación se reflejan en su morfología, en los procesos, en el desarrollo,
en la selección y aplicación de las técnicas, pero particularmente, en la
personalidad de los involucrados. La vivencia ética de la investigación se
percibe en lo visible, pues “a cada ética le corresponde una estética” (Freire,
1992).
Código
de ética del investigador
1. Toda
investigación ha de obedecer a fines y propósitos relacionados con la búsqueda
del saber, la atención a necesidades concretas, la propuesta de soluciones y el
trabajo creativo. Debe trascender el cumplimiento formal o la exigencia
institucional o académica. La ética del investigador implica que éste se sienta
comprometido con su trabajo. Un proceder contrario, por lo general, se refleja
en un trabajo confuso.
2. Toda
investigación ha de hacerse respetando los criterios formales y las exigencias
que corresponden al tipo de investigación que se realice. Es decir, criterios
metodológicos que garanticen la originalidad, validez y confianza en los datos
obtenidos. Debe formar un todo coherente, armónico y organizado.
3. En toda
investigación debe primar el respeto a la condición humana y social de las
personas, colectivos y pueblos. Se deben considerar posibles riesgos, prever
las consecuencias, evitar poner en peligro a las personas que participen y
asumir las correspondientes responsabilidades.
4. En toda
investigación ha de hacerse un manejo correcto del material técnico y
bibliográfico utilizado. En consecuencia, citas, notas, paráfrasis, trascripciones,
entre otras, han de procesarse con referencia directa al autor y su obra, según
la normativa internacional vigente.
5. Es
responsabilidad del investigador utilizar y aplicar de manera correcta las
técnicas e instrumentos. Los instrumentos estandarizados en otros contextos
deben adaptarse al contexto en el cual se aplican a fin de no asumir
conclusiones falsas en cuanto a los resultados.
6. En toda
investigación ha de reconocerse el trabajo de su autor o autores, así como el
aporte de personas o instituciones que hayan contribuido en alguna de sus fases
(auxiliares, encuestadores, colaboradores). Igualmente, todo profesor, tutor o
autoridad académica que se apoye en el trabajo de sus estudiantes o tutelados,
debe reconocer la participación o co-autoría de quienes hayan participado en la
investigación.
7. En toda
investigación deben validarse las fuentes informativas, tanto vivas como
documentales, hemerográficas, bibliográficas y data en general.
8. El
investigador debe estar consciente de sus aspiraciones y propósitos, así como
de las limitaciones propias y de la investigación que realice.
9. Es deber
del investigador orientar y asesorar a otros investigadores sobre tareas y
propósitos relacionados con el estudio. Debe hacerse tomando en cuenta los
intereses e inquietudes del asesorado, permitir otras consultas o remitir a
otras autoridades o expertos.
10. En toda investigación debe estar contenido el propósito de contribuir con el fortalecimiento del saber científico. Una investigación concluida abre nuevas opciones. Toda conclusión, a su vez, es punto de partida para interpretaciones novedosas.
10. En toda investigación debe estar contenido el propósito de contribuir con el fortalecimiento del saber científico. Una investigación concluida abre nuevas opciones. Toda conclusión, a su vez, es punto de partida para interpretaciones novedosas.
Fuente: Hurtado, J.
(2012). Metodología de la investigación: guía para una comprensión holística
de la ciencia (4a. ed.). Cap 12, p. 393-396. Bogotá-Caracas: Ciea-Sypal y Quirón.
Compromiso, responsabilidad y honestidad
A modo de cierre, se puede agregar que, al asumir las
limitaciones propias, es loable que el investigador responsable considere algunas
decisiones, de acuerdo a lo que debe ser la ética académica.
Una reflexión sincera, quizás lleve a reconocer qué intereses son primordiales en el momento de iniciar los estudios, y determinar si se contará con la energía y disposición necesarias para desarrollar un proyecto de cuarto nivel. También puede llegarse a la conclusión de que se carece de conocimientos, habilidades o destrezas mínimas, en una o varias áreas.
En estos casos, lo más conveniente puede ser posponer los estudios hasta lograr las condiciones de tiempo y de actitud requeridas, o comprometerse a obtener la formación previa necesaria, antes de retomar la idea de realizar un postgrado.
Finalmente, decisiones como estas redundarán, con seguridad, en beneficios para la institución, la cual contará con trabajos de genuina calidad, y en éxitos futuros para el estudiante-investigador, como generador de nuevo conocimiento.
Mario Contreras
José Supo: Acusaciones de Plagio: Copiar y Pegar sin Citar
En este video el Dr. Supo destaca aspectos claves sobre este tema, lo cual complementa los resúmenes aquí presentados.
Bibliografía
Sureda-Negre, J., Comas-Forgas, R.,
Oliver-Trobat, MF. (2010). Plagio
académico entre alumnado de secundaria y bachillerato: Diferencias en cuanto al
género y la procrastinación. Revista Comunicar 44: Mooc en la educación
(Vol. 22 - 2015)
Comas-Forgas,
R. Ethics and plagiarism in scientific
Communication. Revista
Comunicar / Call for
paper 48, III 2016 (Fechas
de publicación: versión preprint: 15-05-2016 Versión impresa: 01-07-2016).
Disponible: http://www.revistacomunicar.com/pdf/call/call-48-es.pdf
SPINAK, E. Ética editorial – Cómo detectar el plagio por medios automatizados [online]. SciELO en Perspectiva, 2014
Tema relacionadoBiblioteca de la Universidad de Lima: Citar vs plagiar
Actualización de propuestas
Cohorte III-2018
Ive Manamás
Creación de fichas bibliográficas que permitan validar la información
Concientizar al estudiante acerca de la vinculación lectura-escritura
Malvis Gil
Motivar al estudian a realizar lecturas que sean de su agrado y así lograr que realicen mejores análisis y demuestren su creatividad.
Proponer a los estudiantes conciliar un resumen final de todo el procedimiento realizado para llegar al producto.
Rosa Molina
Tomar conciencia de la participación del docente, padre, representante y sociedad, para el fortalecimiento de actitudes y conductas contrarias al plagio, desde temprana edad
Promover una evaluación que otorgue más peso al desarrollo (las discusiones, el trabajo en grupo, durante el que se percibe más la creatividad, el desarrollo motor, la imaginación y el uso de diversos recursos.
Enfocar el proceso en el producto final lleva al niño a imitar más y crear menos, por lo tanto hay que considerar la realidad de cada estudiante y sus posibilidades, así como hacer las orientaciones, principalmente, durante el proceso.
Mariela Hurtado
Los docentes deben formarse en estrategias que faciliten al estudiante elaborar trabajos propios.
Promover la lectura, las intervenciones en clase, la creatividad como hábitos y no como castigo, lo cual genera frustración.
Promover talleres para que los representantes aprendan a hacer un mejor acompañamiento a sus hijos.
Leimar Montaño
Evitar la lectura como castigo.
Enseñar qué es el plagio y sus consecuencias, con el propósito de que sean lectores críticos
No hay comentarios:
Publicar un comentario